Claire y Jamie acompañan a Dougal y sus hombres en un viaje por las tierras de los MacKenzie, con el objetivo de recaudar los impuestos para Colum.
Por las noches, reunidos alrededor del fuego, cantaban y contaban cuentos e historias. Rupert, conocedor de innumerables cuentos de hadas, fantasmas, tannasg o espíritus maléficos como los caballos de agua, relató la noche en la que fueron asaltados por hombres de otro clan, la historia sobre un caballo de agua que vivía en el extremo este del lago Garve.
En el libro Forastera se cuenta que el Kelpie es un ser que habitaba la mayoría de las extensiones de agua, en especial los vados y pasos de ríos, pero muchos vivían en las profundidades de los lagos como el Kelpie que vivía en el extremo este del lago Garve, del que se cuenta que secuestró a una joven que se había acercado a buscar agua y se la llevó a vivir con él a las profundidades del lago, convirtiéndola en su esposa.
La mujer estaba muy triste, tenía frío y hambre en su nuevo hogar. No le gustaba comer lombrices ni algas, así que como el caballo de agua era bueno con ella, secuestró a un hombre con reputación de constructor, a quien le puso como condición que para volver a ser libre, que le construyera una casa con chimenea, para que su mujer pudiera calentarse y cocinar.
El constructor, al no tener alternativa, hizo lo que le pidieron y el caballo de agua le devolvió la libertad. Se dice que ese es el motivo por el que el agua jamás se congela en el extremo este del lago Garve, porque el calor de la chimenea del caballo de agua derrite el hielo.
En otro momento del libro, Claire estaba a unos metros de distancia de la orilla del Lago Ness, cuando una gran cabeza apareció en la superficie, a pocos metros de distancia de ella. Se trataba de una criatura de otro tiempo, de ojos inexpresivos de color ámbar brillante y de piel sedosa de color azul oscuro.
Cuando la criatura desaparece, Claire se da cuenta de que, inconscientemente, se había acercado mucho, ya que estaba parada en una de las rocas dentro del agua y al darse la vuelta descubre que Peter, uno de los ganaderos, estaba de pie en lo alto de una pendiente, observándolo todo.
Posteriormente, Peter testifica contra Claire en el juicio en el que se la acusa de brujería, y cuenta que vio cómo ella llamaba al caballo de agua y emergió del lago Maléfico una criatura enorme de cuello muy largo, como una serpiente.
Este relato coincide con una versión más reciente del monstruo del Lago Ness o Kelpie, que creen pertenece a una línea de plesiosaurios sobrevivientes.
Orígenes de la leyenda[]
El folclorista Gary R. Varner ha sugerido que el origen de la creencia en los caballos de agua que depredaban y devoraban humanos, podría ser un reflejo de los sacrificios humanos realizados en alguna ocasión para calmar a los dioses del agua. La asociación con los caballos puede tener sus raíces en los sacrificios equinos realizados en la Escandinavia antigua (Gath Whitley, 1911, p. 147).
Las historias sobre espíritus de agua malignos tenían un propósito práctico, el mantener a los niños lejos de cuerpos de agua peligrosos y de alertar a las mujeres sobre extraños apuestos y jóvenes.(Westwood y Kingshill, 2012, p. 364).
Las historias también se usaban para imponer estándares morales, pues implican que las criaturas tomaban represalias contra la mala conducta llevada a cabo los domingos.(Anonymous,1887, p. 513).
Por otro lado, la intervención de demonios y espíritus podía ser una forma de racionalizar el ahogamiento de niños y adultos, que accidentalmente habrían caído en corrientes rápidas o turbulentas.(Campbell, 2002, p. 1)
El Kelpie[]
La leyenda del Kelpie varía según las diferentes regiones de Escocia. Kelpie o caballo acuático es la bestia mitológica más conocida de las Tierras Altas de Escocia.[1] [2]
Según la leyenda, este caballo de agua (en gaélico "each-uisge"), sería un espíritu del agua con la capacidad de materializarse y cambiar de forma, que se escondía en las orillas de los lagos y ríos dispuesto a tentar a los desprevenidos viajeros y pescadores.
El Kelpie es descrito como un caballo fuerte, bello y poderoso, supuestamente de color negro; aunque en algunas historias se le describe de color blanco. Se le podía identificar por su melena, goteando constantemente, incluso cuando toman forma humana, siempre está goteando, están húmedos y tienen hierbas acuáticas en el pelo. Se decía que su piel era suave, pero tan fría como la muerte.
El Kelpie se aparecía a los caminantes como un caballo perdido o se transformaba en bellas mujeres para atraer a los hombres, ocultándose bajo el agua y manteniendo los ojos sobre la superficie de la misma. Otra versión de este mito describe al Kelpie verde como el vidrio, con una melena negra y una cola curvada sobre su espalda.
Hoy en día hay muchos lagos de Escocia llamados "Beiste Lochan na" o, lo que es lo mismo, el Lago de la Bestia. Muchos piensan que el monstruo del Lago Ness es en realidad un Kelpie, que ha tomado su forma favorita: una serpiente marina.
Lago Ness[]
Casi todos los cuerpos de agua significativos en Escocia se asocian con una historia de kelpies (Graham, 1812, p. 245; Spence, 1999, p. 91), pero la más extensamente reportada es la del Lago Ness. Muchas historias de espíritus míticos y monstruos se asocian al loch y datan a reportes del siglo VI, sobre San Columba venciendo a un monstruo allí (Westwood y Kingshill, 2012, p. 458). El kelpie de principios del siglo XIX que encantaba los bosques y costas del Lago Ness, se encontraba equipado con su propia silla y brida.
Una fábula vinculada con dicha criatura era la de el Highlander James MacGrigor, quien sorprendió al Kelpie del Lago Ness y le cortó su brida, fuente de vida y poder, sin la que la criatura moriría en las siguientes 24 horas. Como el kelpie tenía la capacidad de hablar, este trató fallidamente de negociar con MacGrigor para que le retornara su brida. Después de que MacGrigor regresara a su hogar, el kelpie clamó que MacGrigor no sería capaz de entrar a su casa mientras que poseyera la brida, debido a la presencia de una cruz sobre la puerta de entrada. Sin embargo, MacGrigor fue más listo que la criatura al arrojar la brida a través de una ventana, de modo que el kelpie aceptó su destino y se fue, maldiciendo. (Mackinlay, 1893, p. 174; Stewart, 1823, pp. 102–107).
Una explicación popular más reciente del monstruo del Lago Ness, dentro de los creyentes, es que aquel pertenecía a una línea de plesiosaurios sobrevivientes (Harmsworth, 2010, p. 310); sin embargo, el mito del kelpie aún sobrevive en libros de niños como The Kelpie's Pearls (Las perlas del Kelpie) de Mollie Hunter(1966), y The Water Horse (El caballo de agua) de Dick King-Smith (1990).[3]
Las Dos cabezas gigantescas de los Kelpies, en Escocia[]
Son dos cabezas enormes, de unos treinta metros de altura, que presiden el canal de Forth y Clyde, en las tierras bajas de Escocia. Su autor es el escocés Andrew Scott y según dice, el propósito de la obra es reconocer el papel que tuvieron los caballos en la historia de Escocia.
Scott ha bautizado a la escultura con el nombre «The Kelpies» y alude a los seres míticos de la cultura celta, a aquellos caballos marinos sobrenaturales que tenían el poder de 10 caballos comunes. «Kelpie» significa potro en gaélico escocés..[4]
El proyecto en su conjunto ha necesitado casi ocho años de diseño y trabajos. Cada cabeza de caballo pesa más de "300 toneladas" y fue construida con acero laminado y una cobertura de acero inoxidable, que refleja la luz. Réplicas a menor escala se han colocado en diferentes lugares como rotondas, plazas o la terminal del aeropuerto de Edimburgo.